Straw Dogs: The Criterion Collection #182 (R1)

Straw Dogs es una de las películas mas controvertidas de todos los tiempos. Llamada «la primera película americana que es una pieza de arte facista» por Pauline Kael y calificada por muchos otros críticos como una película que exalta la violencia, fue censurada durante muchos años en Inglaterra.

Desde 1930, con la aparición del «Motion Picture Production Code» mas conocido como el Código Hays, la cantidad de violencia gráfica y psicológica que podía ser mostrada en pantalla se encontraba limitada. Los lineamientos del Código Hays fueron seguidos al pie de la letra por los grandes estudios hasta principios de los 60’s, cuando poco a poco fueron apareciendo películas que rompían las antiguas reglas establecidas por el Código Hays. En respuesta a esto en 1969 se inicia un código orientado a la clasificación. Con ello la cantidad de violencia mostrada en la pantalla va en aumento.

En 1969 se estrena «The Wild Bunch» de Sam Peckinpah, una de las películas que marcó un cambio en la manera en la cual la violencia era mostrada en la pantalla: múltiples ángulos de cámara, edición y cámara lenta. El objetivo de Peckinpah era mostrar violencia en la pantalla, pero no con el fin de entretenimiento sino para motivar al público a reflexionar sobre la violencia y aceptarla como parte de nuestra existencia. Debido a los temas del género del Western, la violencia fue vista como heróica y el mensaje de Peckinpah no llegó a la audiencia.

Straw Dogs retoma el tema de la violencia, pero ahora lo hace en un escenario mas realista: la campiña inglesa. Straw Dogs relata como David Sumner, un académico, ha huido de la violencia en América -recordemos que a finales de los 60’s las protestas de estudiantes fueron masivas y en algunos casos violentas- refugiándose en el pueblo de donde es originaria su esposa Amy. Sin embargo David no puede escapar de la violencia, esta se da dentro de su persona y se refleja en su matrimonio, donde existe violencia física, psicológica y verbal. David no es el héroe de la película, en realidad es el villano. Peckinpah logra involucrar al espectador dentro de la violencia a diferencia de películas en donde la violencia no es mas que un adorno. Para Peckinpah la violencia no es casual, es parte integral del mensaje que quiere transmitir.

Las actuaciones son excelentes, destacando las de Dustin Hoffman y Susan George, que crean personajes convincentes con actuaciones naturales. La música y fotografía ayudan a mostrar este mundo frío y lleno de desesperanza.

Una excelente película que aún después de 30 años genera debates y discusiones acerca de la violencia y como es presentada en la pantalla.